La Iglesia Católica Reformada se fundó hace más de un año en el petrolero Estado de Zulia, el más rico del occidente del país, y fue registrada hace tres meses en la Dirección de Cultos del Ministerio de Interior y Justicia de Venezuela. Su prédica, que comenzó en un templo de una barriada pobre, cuenta con ahora cinco santuarios en todo el país y con cerca de dos mil feligreses.
Algunos de sus sacerdotes provienen de las iglesias católica, anglicana o luterana. No tienen Papa y hasta hace pocos meses, tampoco jerarquía. El 29 de junio pasado ordenaron a sus tres primeros obispos en una ceremonia presidida por Leonardo Marín Saavedra, arzobispo primado de la Iglesia Anglicana Latinoamericana.
A diferencia de los apostólicos romanos, los sacerdotes reformados no practican el celibato obligatorio y tampoco proscriben la homosexualidad.
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